Dra. S.P. Adriana Hernández Santana
A la fecha es común considerar que la población global está afectada por una epidemia de obesidad, cuando anteriormente se señalaban a unos cuantos países desarrollados con este grave problema, como Estados Unidos y algunos países de Europa (1).
Cambios en sociedades tan grandes y culturalmente con un índice de masa corporal normal como China, ahora sufren de esta epidemia y de la diabetes, en proporciones alarmantes (1, 2), y en países de América Latina, donde las deficiencias de micronutrientes como hierro y vitamina A siguen siendo graves, la obesidad infantil y en adultos la obesidad continúa en crecimiento alarmante (3).
Son bien conocidos también los factores que ocasionan este grave problema de salud pública y desarrollo: urbanización, sedentarismo, alto consumo de alimentos procesados, entre otros (1).
Un estudio (4) sobre la relación en el aumento del suministro de energía alimentaria y la obesidad concluyó que en 56 países “el exceso de oferta y consumo de las calorías disponibles es probablemente el causante del aumento de peso en la mayoría de los países”. En la actualidad, las ventas y consumo de productos ultraprocesados se han incrementaron en un 48% entre 2000 y 2013 en América Latina (5).
No existen estudios actualizados en Honduras sobre el consumo de alimentos ultraprocesados (alimentos industrialmente procesados de sustancias que usan saborizantes, aditivos y colorantes); sin embargo, un estudio local (6) en jóvenes estimó que más del 40% de la muestra consumía bebidas carbonatadas y cereales comerciales de desayuno, aproximadamente 30% consumía donas, más del 25% consumía pan dulce y 19% presentaban sobrepeso y obesidad.
Un estudio reciente realizado en el Laboratorio de Nutrición Humana de la Escuela Agrícola Panamericana (7), en más de 520 productos procesados cuya información se recolectó en tres puntos de venta de Honduras, las bebidas con azúcar añadida formaron parte de la mayor cantidad de productos participantes (30%), dada la amplia variedad que se ofrece a los consumidores y que estos indudablemente demandan.
Dentro de la categoría de bebidas con azúcar añadida de los productos examinados, los jugos y néctares fueron los de mayor participación (65%), seguido por las bebidas carbonatadas (12%).
De acuerdo a los resultados de la revisión del etiquetado nutricional de estos productos por porción y según los criterios de contenido de nutrientes críticos del modelo de perfil de nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud/OPS/OMS (8), el 98% de los jugos y néctares, 95% de las bebidas carbonatadas, 100% de los polvos para preparar bebidas y de los de tés envasados presentan exceso de azúcares en su contenido.
Del total de los 154 productos examinados de bebidas con azúcares añadidos, el 39% de los mismos también utiliza edulcorantes y 13% exceden el contenido de sodio, de los cuales el 64% de las mezclas para preparación de bebidas aportan la mayor proporción, seguido por el 22% de las bebidas energéticas y el 8% de los jugos y néctares. Esto los convierte en productos que contribuyen al exceso de oferta de azúcares añadidos, edulcorantes y sodio, que sumado a otros factores como la inactividad física, constituyen un alto riesgo para la salud (9), relacionados al síndrome metabólico, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, entre otros.
De aquí la necesidad de continuar impulsando políticas, desde las locales como en la escuela hasta las políticas nacionales, relacionadas no solo con la venta de productos densos en energía como el incremento de impuestos, sino también con la educación e información a la población, para la elección consciente de los productos que consumen, además de incentivar mayor actividad física y el consumo de agua sin aditivos.
ZAMORANO, consciente de esta realidad por estudios en estudiantes (10), empleados (11) y en comunidades vecinas (12), afronta con responsabilidad y entusiasmo el reto de la búsqueda de estrategias que tiendan al control y prevención de la obesidad en el entorno del campus así como la socialización de la información que dispone para incidir en políticas públicas que contribuyan al bienestar de la población en general, organizando y participando en diferentes actividades tanto de ámbito local como nacional.
En próximas oportunidades estaremos compartiendo resultados de la revisión de los productos restantes examinados. ¡Se consciente de lo que consumes y exige alimentos saludables! Revisa el etiquetado nutricional; cuida tu salud y la de tu familia, y comparte con ellos actividad física.
**El Laboratorio de Nutrición Humanan de Zamorano brinda servicios de capacitación, investigación y prácticas en nutrición. Utiliza un equipo antropométrico SECA en todo el curso de vida. Del mismo modo, ofrece también evaluación metabólica con el equipo SECA mBCA514. Registra encuestas de consumo alimentario, indicadores bioquímicos, entre otros, todo esto con fines académicos operando desde el 2010.
Referencias
Adriana Hernández Santana, Dra. S.P.
Profesor Asociado, Nutrición Humana
Departamento de Agroindustria Alimentaria
(504) 2287-2000 ext. 2062
ahernandez@zamorano.edu